tipo B

Características del grupo tipo AB

Las personas con sangre del tipo AB presentan según D’Adamo un sistema inmunitario vulnerable, facilidad de adaptación a las condiciones de vida modernas, bienestar con una actividad física o deportiva relajante que exija esfuerzos moderados y un aparato digestivo frágil que precisa una dieta mixta moderada y tolera mal las carnes rojas, la pasta, las alubias y los frutos secos.

Las normas generales a seguir por las personas del tipo B serían:

1) Evitar el consumo de carnes rojas y evitar las carnes en conserva o ahumadas así como los embutidos.

2) Evitar pescado y marisco pero evitando en especial la langosta, las gambas, los cangrejos, las ostras, las almejas, el pulpo, la lubina, las anchoas y la anguila.

3) Evitar el consumo de productos a base de harina de trigo y limitar el consumo de pasta.

4) Consumir leche, lácteos y quesos… salvo cuando al hacerlo haya producción excesiva de moco con afecciones de las vías altas respiratorias. En tal caso deben suprimirse.

5) Consumir frutas -especialmente ciruelas, uvas, piña y frutas del bosque- y hortalizas en abundancia -sobre todo tomate-.

6) Preferir las grasas vegetales -primando el aceite de oliva- pero evitar el vinagre.

7) Eliminar los encurtidos y la pimienta.

8) Preferir las actividades físicas y deportivas relajantes que exijan sólo esfuerzos moderados.

9) En caso de malestar utilizar productos fitoterapéuticos o infusiones de manzanilla, cardo mariano, equinácea, eleuterococo, regaliz o espino blanco pero evitar las de tila, lúpulo, áloe, barba de maíz, alholva y ruibarbo.

Terminamos comentando que los alimentos que favorecen según Peter D’Adamo el aumento de peso en las personas del tipo AB son el maíz, el trigo, el trigo sarraceno, las alubias, las judías y las semillas de sésamo mientras favorecen el adelgazamiento las verduras, las algas marinas, los lácteos, la piña y el tofu.

Conclusión

Hasta aquí un breve resumen de lo expuesto por los D’Adamo -padre e hijo-.

Sólo nos resta apuntar que a nuestro juicio la generalización propuesta es demasiado amplia y probablemente no responda a la realidad individual aunque sí pueda reflejar las «tendencias».

Por otra parte, el Test Indican permite saber si tenemos problemas con los alimentos pero no conocer cuáles son concretamente los que nuestro organismo rechaza activando las defensas del sistema inmune.

Sin embargo, los actuales test de intolerancia o sensibilidad alimentaria sí los detectan por lo que lo más adecuado es someterse a ellos.

Una posibilidad, por cierto, a la que debería optar toda aquella persona a la que se le ha diagnosticado una dolencia autoinmune.

Es muy posible que mejoren simplemente eliminando los alimentos a los que su organismo reacciona con virulencia.