Psoas Iliaco
Psoas Iliaco

El Musculo Psoas-iliopsoas

El músculo Psoas junto al Iliopsoas forman una unidad y por eso se le denomina músculo Iliopsoas. Pertenece al grupo de músculos de la cadera. Es el músculo más largo del cuerpo.

Aunque hablemos de él en su conjunto, está compuesto en realidad por dos músculos: el Psoas y el Iliaco. El Psoas surge de la última vértebra dorsal, y el Iliaco del hueso sacro. De ahí, ambos músculos descienden y se conectan con el fémur.

Podríamos decir, entonces, que el Psoas Iliaco une la espalda baja con las piernas. Tener este grupo muscular en plena forma determinará, en gran medida, nuestra postura corporal y la movilidad que tengamos en el tren inferior.

Se origina en los procesos transversos, cuerpo y discos intervertebrales desde las vértebras T12 hasta la L5 (en algunas personas llega hasta el sacro). Su fascia se prolonga hasta el sacro y cubre la cara anterior de las vértebras. Se inserta en el trocanter menor del fémur.

Por tanto conecta la columna vertebral con el muslo. Su acción es la flexión de la cadera y la extensión lumbar (produce lordosis). Por tanto es el músculo para caminar, correr, subir escaleras.

Cruza la articulación sacroilíaca (es un músculo profundo). También tiene conexiones con el diafragma. Es un estabilizador anterior. Mantiene la lordosis fisiológica de la columna lumbar (importante para la bienestar de de los discos intervertebrales y de la columna). Mantiene el equilibrio yin/yang.

Si hay rigidez y acortamiento (debido a estar sentados muchas horas, por ejemplo) se acentúa la lordosis (hiperlordosis).

¿Qué ocurre exactamente cuando el Psoas Iliaco está acortado?

Por lo general, se produce una hiperlordosis a nivel lumbar, es decir, una curvatura excesiva en esta zona que hace que llevemos el peso de nuestro cuerpo a la parte baja de la espalda. Esto puede provocar lumbalgias con cierta frecuencia. Además, puede verse comprometida la marcha, ya que un Psoas demasiado rígido afectará también a la flexión de la cadera.

Por eso muchas personas, al dar la zancada hacia adelante en el Saludo al Sol, encuentran que su pie se queda muy por detrás de las manos. Asimismo, el movimiento de abducción de cadera que se hace, por ejemplo, en asanas como Ardha Chandrásana o Uttitha Trikonásana se puede volver complicado.

Navasana, Utthita hasta padangustasana son 2 asanas donde el Psoas el el principal músculo implicado en la flexión de la cadera.

En los backbends el psoas se estira.

Cuando se produce estrés se altera nuestro patrón respiratorio por tanto se afecta el psoas debido a su relación con el diafragma. Por tanto ésta es otra causa de afectación crónica del psoas.

A través de la práctica del yoga calmamos nuestro sistema nervioso y en consecuencia mejora la alteración del psoas a través de la relación del diafragma.

El miedo, el enfado y la angustia también son factores que afectan el psoas. Al ser un músculo par se pueden producir asimetrías o desequilibrios entre ambos lados.

Desde el punto de vista energético el prana se encuentra enraizado en la pelvis y los elementos básicos o instintivos están relacionados con los centros energéticos del sacro, lumbar y abdomen: intuición de supervivencia, relaciones, alimentación y sueño. Están en relación con el psoas.

Si hay acortamiento hay disconfort, excesiva lordosis. Si hay dolor de espalda casi siempre está implicado el psoas. Puede ser el origen del dolor si está contracturado.

Si hay respiración superficial el diafragma no está trabajando correctamente. Si aprendemos a respirar diafragmáticamente mejorará la situación.

 A continuación, te damos algunas pautas básicas que conviene tener en cuenta:

Continúa con tu práctica habitual de Yoga. Si encuentras algún movimiento o asana especialmente complejo, ve poco a poco. Recuerda una de las máximas del Yoga: nunca debe haber dolor.

En tu tabla, incide en asanas como Virabadrásana IV. Ve hasta tu límite cómodo y quédate respirando un tiempo. Intenta relajar la musculatura con suavidad a la vez que estiras.

Si eres de los que, por trabajo o estudio, tienes que pasar muchas horas sentado, procura hacer descansos cada hora y media. Camina, haz un par de sentadillas o salta. Oxigenarás las neuronas y ayudarás a que tu musculatura se active. En tu tiempo libre, no sigas realizando actividades sedentarias, opta por salir a pasear, nadar, bailar, cualquier cosa que vuelva a movilizar el tren inferior.

Prueba los auto-masajes.

Puedes utilizar una pelota para masaje miofascial, por ejemplo, o simplemente tus manos. Masajea el Psoas Iliaco en todo su recorrido. Así mejorarás la circulación sanguínea de la zona.

Namaste