MEDITACIÓN DE PIE

Esta meditación de pie que te proponemos tiene el nombre de ubicación Wu Chi y sirve para conectarse con la madre tierra. Wu significa «ausencia, negación, nada». Chi significa «lo más alto» o «absoluto». Así, Wu Chi significa “la nada absoluta”o «el vacío absoluto».

No es sinónimo de «nada», sino todo lo contrario. El Wu Chi es la poencialidad en la que tiene su orígen el Universo.

Se le representa como un circulo vacío y contrapuesto a Tai Chi “Supremo Absoluto”.

La Postura meditativa WU CHI

Se flama Wu Chi a la ubicación de la que partimos cuando iniciamos el Tai Chi, en cualquiera de sus formas, y al iniciar
los ejercicios de Chi Kung.

La práctica de esta ubicación, como ejercicio en si, es muy recomendable para conseguir armonizar el corazón y aquietar la mente.

Separa los pies, a la anchura de los hombros, y colócalos paralelos, hacia delante. Distribuye el peso, de manera uniforme, sobre ambos pies.

Flexiona las rodillas, ligeramente.

Bascula las caderas hacia adelante.

Relaja los hombros. Deja que tus brazos caigan a ambos lados, con todo su peso. Las manos, en su ubicación natural, relajadas, palmas hacia dentro, dedos ligeramente separados.

Alinea la columna vertebral, de forma que parezca una espiga vertical, desde el sacro hasta la parte superior de la cabeza.

Mantén la cabeza erguida y relajada a la vez, como si un hilo tirase de tu coronilla hacia arriba.

La mirada puesta en el horizonte, en ningún punto determinado, o con los ojos entornados dirigiendo la mirada hacia el suelo, o bien, con los ojos cerrados suavemente.

Relaja el abdomen.

Lleva tu atención a las plantas de los pies y siéntelas enraizadas en la tierra. Visualiza el CHI de la tierra ascendiendo, en espiral, por tus piernas y acumulándose en tu Dan Tien.

Lleva ahora tu atención a lo más alto de tu cabeza (punto bai hui, también conocido como chacra coronario). Visualiza
el CHI del cielo descendiendo hasta tu Dan Tien.

La práctica de este ejercicio de meditación de pie debe hacerse de forma progresiva. Intenta hacerlo, al principio, durante unos cinco minutos, pero sin control del reloj (cuenta 20 respiraciones naturales, si te ayuda).

Vigila tu cuerpo para que no se tense, y céntrate en el flujo del CHI. Lo ideal sería llegar a unos veinte minutos, sin esfuerzos, sin darte cuenta, gozando del ejercicio.