Sentir que estás desconectado del amor, es lo mismo que experimentar el frío vacío que llevamos en el corazón cuando no hay nadie a quién amar. Es sentir la tristeza de una noche de lluvia solo y triste frente a una taza de humeante café. Es mirarte al espejo y ver rodar una tibia lágrima por tu mejilla.
Recuerda esta frase:
“Tengo espacio para el amor”.
Ahora vuelve a leerla una vez más, esta vez sonriendo.
Esta frase es mi mantra y lo utilizo hace muchos años, siempre que percibo que estoy desconectada con esa energía: la energía amorosa universal.
Desconectados del amor
Vivimos en la INTENCIÓN, y la intención realmente vale mucho, creo, pero intención sin acción es sólo ILUSIÓN.
Si estás desconectada del amor, hoy te regalo un Mantra ideal para volver a conectarte:
Hoy en día vivimos vidas tan ocupadas, que sólo en los momentos de soledad nos damos cuenta que ha transcurrido bastante tiempo desde la última vez que un amigo nos invitó para tomar un café. Que no hemos mostrado interés por saber de un primo o una tía, que no visitamos a aquel ex compañero de trabajo con quién compartimos hermosos y divertidos momentos.
De esta forma el tiempo va corriendo y nosotros, exhaustos, corriendo aún más detrás de él. Y así pasan las semanas, los meses y los años, y entre todo lo que hacemos, a nosotros no nos queda tiempo para estar más cerca de quien amamos, profundizando más aún esa sensación de estar desconectada del amor.
En esa corriente que nos consume las energías y no nos deja cumplir nuestras promesas e intenciones, nosotros nos perdemos de nosotros y caemos en la trampa de la queja, intentando transferir nuestra “culpa” a la vida, a los amigos, al “tiempo”.
“¡Ah, no es que me guste, pero también a mí nadie me flama!” Justificamos. Y así, las energías del amor quedan estancadas. Nos cerramos en nuestros mundos individuales, tratando de conformarnos con la creencia de que la vida es “así mismo”.
Cerrados en su mundo individual
Y tratando de hacer que el baile continúe, nos quejamos de la soledad, pero no hacemos ningún esfuerzo real para estar presentes. Pero la verdad, aquella verdad latente y ansiosa que vive dentro de nuestros corazones, insiste en concordar con toda la poesía del amor.
“Fundamental es el amor, es bonito compartirlo con los demás”.