AMPUKU: MASAJE JAPONÉS PARA LIBERAR BLOQUEOS
AMPUKU: MASAJE JAPONÉS PARA LIBERAR BLOQUEOS

AMPUKU: MASAJE JAPONÉS PARA LIBERAR BLOQUEOS

Una de las técnicas de masaje japonés muy extendida en Oriente, pero poco conocida en Occidente es el masaje Ampuku. Esta tipología de masaje es especialmente útil para liberar los bloqueos emocionales de nuestro organismo, que por otros métodos son difíciles de liberar.

El Ampuku es una antigua técnica de masaje que se realiza sobre el abdomen, que proviene de Japón, y uno de los antecesores del Shiatsu.

La palabra Ampuku significa “el pulso del Hara” o “calmar el abdomen” y es que esta técnica de masaje se centra en el Hara, el centro energético del cuerpo localizado en el vientre según las sanaciones orientales.

El Ampuku al principio se practicaba como una rama de la antigua terapia “Anma”, el masaje tradicional chino. La influencia del budismo llevó el Anma a Japón hace más de 1.000 años, a través de monjes budistas que mandó el emperador Japonés para desarrollar la sanación, la ciencia y la educación del país.

Por razones de clima, geografía y  diferencias culturales, el pueblo Japonés adaptó la terapia a sus requerimientos, demostrando una gran capacidad para analizar y profundizar en la eficacia del Anma y entonces es cuando apareció el Ampuku.

Otras artes marciales como el Aikido o el Tai Chi consideran también al abdomen nuestro centro vital (es, además, nuestro centro de gravedad), y se considera fundamental trabajar desde el Hara / Tan Tien para conseguir una buena técnica. Los diferentes sistemas de yoga, muchas formas de meditación, entre otros, reconocen la importancia esencial del abdomen, considerándolo como nuestro centro vital, de Qi, de fuerza y serenidad.

“Si practicamos sobre el paciente el Ampuku, los bloqueos del Ki básico fluirán, la armonía entre los órganos vitales aumentará, la circulación sanguínea mejorará, los huesos y las articulaciones se harán más flexibles y los músculos menos extendidos, la piel estará más hidratada y el apetito mejorará. La orina y las heces saldrán con mayor facilidad, la fuerza del Qi aumentará y la memoria mejorará”.

El Ampuku tiene dos metodologías, la fisiológica, que se centra y trata las patologías del cuerpo y la emocional, que se centra en las raíces de esas patologías, manifestadas en los bloqueos internos y las dificultades emocionales.

La metodología fisiológica encuentra sus raíces en la Sanación Tradicional China y considera el vientre como el centro de la energía vital, además, el hecho de que contenga muchos de los órganos internos, le convierte en una zona muy importante a nivel terapéutico. El Ampuku fisiológico defiende la actuación sobre el vientre y la zona paralela de la espalda como medio para tratar las dolenciaes, favoreciendo el equilibrio de la energía Ki básica en el Hara y mejorando la función de los órganos internos y la armonía entre ellos.

La metodología emocional considera como raíz de la dolencia los patrones negativos y los bloqueos emocionales de la persona. La liberación de los bloqueos ayuda a la persona a empezar un proceso de auto conocimiento para lograr cambiar sus patrones.

El Ampuku basa su diagnóstico en dos evaluaciones principales: la del abdomen, donde el terapeuta detecta varias condiciones del vientre como el pulso del Hara, la tensión del Hara, la condición de los órganos internos. La otra evaluación es la de la lectura corporal según los grandes elementos de la Naturaleza, que viene de la filosofía y la cultura Tibetana.

El terapeuta suma impresiones: la estructura corporal, la manera de andar y la voz, entre otras herramientas de valoración, para decidir cual es el procesado más adecuado para cada persona.

La corriente emocional del ampuku pretende eliminar los bloqueos energéticos del paciente para facilitar su crecimiento personal. Se trata de ayudarle a entender sus propios patrones de conducta para relacionarlos tanto con sus experiencias vitales como con el malestar que siente o las dificultades que atraviesa. No se trata de aliviar el dolor, sino de ayudar al paciente a eliminarlo.

La corriente fisiológica del ampuku pretende curar dolenciaes mediante el reequilibrio de la energía del cuerpo. Así, puede estabilizar el cuerpo y aliviar dolores relacionados con la zona del estómago como el estreñimiento, el colon irritable o la gastitis. También puede mejorar problemas respiratorios como el asma y alivia el dolor de cabeza y las migrañas.

Por ejemplo; la tierra en el cuerpo es la cadera y esta representada en el cuerpo por el hueso. En la tierra hallamos la tradición, la educación, lo material, el conocimiento, las normas, la seguridad, el tiempo, el contacto fisico y la permanencia,  se desarrolla en los primeros años de la vida. Tanto en la Naturaleza como en el cuerpo, la tierra puede estar seca, en forma de barro, agrietada etc. El desequilibrio de la tierra nos indica que los eventos de la persona podrían desarrollarse durante los primeros años de vida y estar influenciados por las relaciones interfamiliares. El diagnóstico de los elementos permite al terapeuta analizar la condición de la persona y sus eventos, tanto los evidentes como los ocultos.

El cuerpo humano es un espejo que refleja tu condición interna, física y  mental.

Las energías bloqueadas se convierten a largo plazo en patrones negativos de comportamiento, que la persona identifica cómo parte de su vida y después brotan como dolenciaes.

Beneficios

  • Ayuda a la regularización y la armonía del funcionamiento digestivo, beneficiando síntomas como el estreñimiento, colón irritable, gastritis, etc.
  • Mejora problemas del sistema respiratorio como: Asma, problemas de respiración.
  • Es muy eficaz para cefaleas y migrañas dolores reumáticos, molestias y rigidez articular, estrés etc.
  • Problemas del sistema reproductor, como la fertilidad.

La intención del procesado no es simplemente tratar el dolor, sino ayudar a la persona a crear un espacio donde pueda empezar a percibir sus patrones y a expresar sus requerimientos reales y sus emociones.

Con un Hara pleno y dichoso, se dibuja una sonrisa en nuestra cara y ésta se ilumina y se reafirma, no salen arrugas, y nos sentimos llenos de energía para afrontar la vida “desde nuestro Hara”, con calma y paciencia, confiando cada vez más en el proceso de la vida.

 

Namasté.