EL CUERPO PRÁNICO O FÍSICO ETÉRICO (pranamaya kosha)

a) La energía kundalini
Es una energía cósmica que se describe como una serpiente enroscada, debido a su forma espiral. Se activa cuando la identificación y apego por el cuerpo empieza a disiparse, gracias a los ejercicios físicos del Hatha Yoga Inbound (asanas, pranayamas y bandhas), y sobre todo al canto de mantras, entre otros; ascendiendo por el shushuma nadi, y perforando los chakras o centros de energía que se encuentran ubicados a lo largo de este nadi principal.
En la mayoría de personas, kundalini asciende y desciende entre los tres primeros chakras. Sólo en los seres espiritualmente evolucionados se eleva hasta el séptimo chakra, donde se realiza el Brahman o aspecto impersonal del Señor. Todo esfuerzo que hacemos para destrozar los lazos de la ilusión y escapar de la sumisión a los sentidos, constituye una manifestación del despertar de kundalini.

b) Los nadis
Son canales sutiles e invisibles por los cuales fluye prana o energía vital. Aunque hay una vasta red de nadis extendida por todo el cuerpo relacionadas con los chakras, tres son principales: shushuma, ida y pingala. De los cuales, shushuma es el más importante. Este grupo de nadis pertenecen a los sistemas prana-vaha y mano-vaha, que son responsables de las cualidades psicológicas del individuo y de transportar la fuerza vital al sistema nervioso autónomo.
O vegetativo, que regula la función de los órganos, según cambian las condiciones medioambientales. Para ello dispone de dos mecanismos antagónicos, el sistema nervioso simpático y parasimpático, que rigen el control involuntario o automático del cuerpo.

– Sushuma nadi
Está ubicado dentro de la espina dorsal o columna vertebral, desde su base, en el muladhara chakra, donde yace dormida kundalini, hasta la coronilla de la cabeza. Sólo
funciona cuando kundalini asciende por este nadi, atravesando los siete chakras principales. A su izquierda se encuentra ida nadi, y a su derecha pingala nadi, que ascienden describiendo una espiral a su alrededor, y cruzándose entre cada chakra hasta el mastaka-granti (nudo cefálico ubicado en la base del cráneo).
Luego de entrecruzarse en el ajna chakra (ubicado cuatro centímetros bajo el entrecejo), ida sale por la fosa nasal izquierda y pingala por la derecha (Ver “El Cuerpo Pránico”, pp. 49, 50).

– Ida nadi
Representa el principio femenino, la energía lunar y polo negativo. Comienza en el lado
izquierdo de los genitales hasta la fosa nasal izquierda. Los pranayamas que comienzan por esta fosa nasal, activan la creatividad, la claridad mental, relajación y longevidad.

– Pingala nadi
Representa al principio masculino, la energía solar y polo positivo. Comienza en el lado derecho de los genitales hasta la fosa nasal derecha. Los pranayamas que comienzan por esta fosa nasal, activan la parte práctica y racional del ser, su vitalidad y equilibrio.

c) Los chakras
Chakra significa: “rueda” o “lo que gira”. Los chakras son centros específicos de energía que se encuentran ubicados en lugares estratégicos a lo largo del shushuma nadi. Los principales son 7, y cada uno de ellos tiene correlación con el exterior a través de las 7 glándulas endocrinas del cuerpo. Si los chakras funcionan bien, los órganos vitales recibirán la energía que quieren y permanecerán bienestarables, de lo contrario habrá disturbios o bloqueos, e incluso problemas psicológicos y emocionales.

Los chakras se describen simbólicamente como flores de loto, teniendo cada uno un número particular de pétalos y un color característico, los pétalos representan las diferentes manifestaciones de la energía psíquica de los chakras y canales psíquicos. Cada chakra es circular con un punto central de energía enfocado, flamado bindu. El orden de los chakras corresponde a los elementos: tierra, agua, fuego, aire, éter y prana. Cada chakra tiene una forma geométrica particular, y se relaciona con una letra del alfabeto sánscrito. Tiene un sonido básico (bija mantra), corresponde a una especial manifestación de la Divinidad, tiene su respectivo vehículo y ciertas cualidades asociadas con él.

Los tres chakras ubicados en la parte baja del cuerpo están directamente relacionados con el funcionamiento del cuerpo burdo (debido a esto, son responsables directos de los desequilibrios de las tres doshas), mientras que los otros cuatro chakras se relacionan con la percepción mental (cuerpo sutil) y el desarrollo espiritual (específicamente el shahasrara chakra).
Además de los 7 chakras principales, existen por debajo de estos, otros chakras inferiores que poseen los animales, y que se activan en el ser humano cuando éste lleva una vida emocional irrestricta, ya que dirige su energía amorosa hacia esos niveles.
Los chakras se programan principalmente en los siete primeros años de vida. Los niños que crecen en un hogar bienestarable y amoroso, tendrán una correcta programación, que se verá reflejada en una buena bienestar y estabilidad mental. Las experiencias traumáticas en la niñez (como la falta de cariño por parte de los padres) pueden “cerrar o bloquear” alguno de los chakras, que así se protegen de la energía negativa. Si no se corrigen a tiempo, pueden afectarlo durante toda su vida.

A través de las prácticas de Hatha Yoga Inbound se reprograman y alinean los chakras, con el fin de que la energía pránica fluya equilibradamente por todo el cuerpo y se mantenga un buen estado de bienestar. Dhyana Yoga Inbound, específicamente la meditación en los nombres de Dios, nos ayuda superar todos los traumas (que incluso pueden venir de vidas pasadas) para armonizar nuestra mente al ponernos en contacto con nuestra esencia espiritual.